
El Canto del Pico
A la altura del kilómetro 28 de la A-6 (autovía del Noroeste), no adentramos en uno de los pueblos más conocidos de la sierra madrileña, Torrelodones. Mirando hacia el norte, a mas de mil metros de altura y gobernando un imponente risco de rocas graníticas, se levanta una de las construcciones más famosas de la Comunidad de Madrid, y símbolo de este pueblo serrano. Un canchal de granito con forma de pico de ave le da nombre a esta imponente estructura, palacio del Canto del Pico.

El Conde de Las Almenas
Era el año 1920 cuando el Conde de las Almenas, José María del Palacio y Abárzuza, mandó construir este majestuosos edificio. Hijo del político conservador Francisco Javier Palacio y García de Velasco, el conde decidió dejar de lado la ingeniería agrónoma y volcarse en su afición por el arte. Afamado coleccionista de antigüedades hizo de la construcción del palacio una obra personal. Con ayuda del maestro local Prudencio Urosa, y canteros de la zona como Mazarredo, inició las obras que marcarían para la posteridad, la cumbre más alta de Torrelodones, y la sierra noroeste de la Madrid.

El palacio contaba con gran variedad de elementos arquitectónicos. En su día se podía apreciar perfectamente como las pinceladas renacentistas se mezclaban con elementos de claro carácter gótico, así como capiteles románicos, no obstante, cada vez es más difícil distinguirlos con claridad debido al fatídico paso del tiempo.
Guerra y política
Por dentro de sus muros, han pasado importantes personalidades de la historia de España. El 13 de diciembre de 1925, mientras bajaba por una de sus escaleras en la que ahora podemos encontrar una placa conmemorativa, murió el estadista Antonio Maura, cinco veces presidente del Consejo de Ministros y que residía en una mansión cercana al palacio. Durante la guerra civil española, el palacio del Canto del Pico sirvió como sede temporal del Mando Militar Republicano. Desde sus balcones, Indalecio Prieto y el General Miaja dirigieron las ofensivas de la batalla de Brunete en 1937, que tenían como objetivo disminuir la presión ejercida por el bando sublevado en Madrid.
Los Franco
Una vez finalizada la guerra, y tras la muerte de su mujer y su hijo que provocaron en el conde una profunda depresión y dificultades económicas, José María del Palacio y Abárzuza regaló la finca de mas de 800.000 metros cuadrados y el palacio a Francisco Franco.

Se dice que el dictador utilizó la residencia para descansar muchos fines de semana que aprovechaba para pintar y leer desde sus balcones. En 1950 pasaron allí su noche de bodas la única hija del dictador, Carmen Franco Polo y Cristóbal Martínez-Bordiú, Marques de Villaverde. Tras la muerte de Franco, el palacio pasó a sus descendientes. Jimmy Giménez Arnau, periodista y polémico escritor que en aquella época estaba casado con la nieta del dictador, cuenta que el edificio se convirtió en almacén de los regalos que recibía el caudillo, toneladas de presentes que llenaban las estancias del palacio.
El Palacio en la actualidad
En 1988 la finca y el palacio fueron vendidos por más de 300 millones de pesetas a José Antonio Oyamburu Goicochea, transfiriéndose después a la empresa holandesa Stoyam Holdings Limited, cuyo objetivo era transformar el edificio en un hotel de lujo. El proyecto que había sido aprobado en 1991 fue bloqueado por la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid en abril de 2001, después de que entrara en vigor la Ley de Patrimonio Medioambiental, una década durante la cual, el edificio sufrió importantes daños estructurales y saqueos por su abandono.
Interior del palacio El Confidencial Daños estructurales
Desde entonces, varias han sido las iniciativas por reformarlo y reconvertirlo, pero ninguna con éxito. El edificio ha ido derrumbándose con los años, siendo escenario de saqueos, y vandalismo. Se tapiaron varias entradas al palacio para impedir su destrozo, pero con el tiempo, estos mismo “parches” por salvaguardad su integridad han caído.
El nulo interés por la conservación del edificio ha condenado al edificio a desaparecer. En 2017, la propia Dirección General de Patrimonio de la Comunidad de Madrid, constató en un informe que el Canto del Pico se encuentra en “malas condiciones de seguridad, estabilidad, salubridad, y ornato” con una estructura interna en grave riesgo de caerse. El futuro del palacio del Canto del Pico es incierto. El que fue el alojamiento del Conde de Las Almenas, cuartel en la guerra civil española, y la morada de descanso del general Franco, puede que no vuelva a alojar a nadie mas entre sus paredes y deje de presidir el alto de Torrelodones.
Galería
Interior
Interior antes del abandono Estado actual del interior Interior antes del abandono Estrado actual del balcón del palacio